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La virtualidad invita a potenciar las habilidades de los estudiantes

Paula Andrea Arias Trejos, profesora del programa de Enfermería, nos cuenta su experiencia con la virtualidad.
20 de mayo de 2020

Esta crisis sanitaria ha traído cambios en la forma en que se imparte la educación en el país, donde se pasó de la presencialidad a la virtualidad, cambios que no han sido impedimentos para garantizar la formación de los estudiantes.

En la Universidad Católica de Manizales hemos desarrollado buenas prácticas que permiten que nuestros profesores continúen formando a nuestros estudiantes con herramientas digitales. Tal es el caso de Paula Andrea Arias Trejos, profesora del programa de Enfermería.

Ella cuenta que su desarrollo pedagógico ha representado un desafío que la invitó a prepararse para acompañar a los estudiantes en su proceso de formación. Los recursos tecnológicos permiten crear estrategias para el acompañamiento personalizado, pero también propicia encuentros con pequeños y grandes grupos, donde  se crean entornos de enseñanza –aprendizaje.

“Destaco las bondades de la oferta de formación continuada que ofrece la UCM para los docentes, en mi caso particular haber realizado el diplomado de Docencia Universitaria,  el diplomado de Ambientes Virtuales de Aprendizaje, y los cursos rápidos que desde el área de Educación a Distancia estamos cursando diferentes profesores,  se han convertido en fuentes valiosas, no solo para identificar esas herramientas didácticas, sino también  apropiar muchos de los recursos tecnológicos que permiten dinamizar la educación virtual y que me han permitido  permanecer cerca de mis estudiantes”, afirmó Paula Andrea Arias Trejos, profesora de Enfermería

El trabajo colaborativo ha sido trascendental  en sus asignaturas, desde mucho antes  de que empezáramos a trabajar desde la virtualidad, donde resalta las potencialidades de los estudiantes, fortalezas e iniciativas, por medio de los  encuentros que se convierten en verdaderos espacios de enseñanza- aprendizaje entre el profesor y sus estudiantes.  Además su profesión demanda una alta capacidad de trabajo con el otro,  y  sus  asignaturas con componentes comunitarios y clínicos precisan de esa capacidad, así que  las mismas herramientas virtuales le han permitido abordar simultáneamente el trabajo colaborativo con grupos pequeños y grandes, donde los estudiantes adoptan posturas  analíticas, interpretativas, que les permitan seguir desempeñando el rol protagónico en su proceso de formación a través de casos, lecturas,  videos, etc.

“Siguiendo los lineamientos universitarios y de mi programa, creo que se ha trabajado en equipo, se han hecho propuestas, buscado herramientas  que  faciliten la transición de la educación presencial a la virtual y no solo la transición, sino la adaptación a todos esos  cambios que el aislamiento representa,  muchos de ellos alejados de lo que considerábamos nuestra cotidianidad. Creo que la comunicación ha sido fundamental para tratar de controlar los  niveles de ansiedad en torno a esta situación, establecer cronogramas y tratar de mantener   rutinas dentro de los horarios que se manejaban en la presencialidad, han permitido  que los  hábitos  académicos  de los estudiantes no se vean  transformados de manera abrupta, y que el proceso de adaptación sea más favorable,  además,  es preciso reconocer que nuestros estudiantes tienen  una fortaleza importante;  y es que la tecnología  han sido transversal en su vida.  Estar atentos a las necesidades de  nuestros estudiantes y reiterar el acompañamiento no solo académico  sino emocional  ha permitido enriquecer esa cercanía con el otro”

Tener cuidado con la carga académica, también ha sido una estrategia  oportuna, teniendo en cuenta que esta realidad ha cambiado las dinámicas familiares y sociales de los estudiantes, y esta condición de aislamiento  puede representar un momento  de cercanía y recogimiento familiar que no debería ser transgredido por las múltiples  tareas académicas.

“Promuevo aquellos espacios que desde Bienestar Universitario se ofrecen a nuestra comunidad,  además  desde nuestro programa diseñamos una serie de estrategias  que favorecen el contacto académico con nuestros estudiantes, pero también su bienestar y  el de sus familias, así que estos son recursos valiosos  para generar bienestar y mitigar un poco el impacto de esta situación”

Nuestra profesora considera que los mismos ejes orientadores de su profesión cuentan con un alto compromiso social que ha invitado a pensar también cómo promover esa cercanía con el otro. Para ella ha sido esencia trabajar como un colectivo desde el programa de Enfermería.

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